Anhelo
tanto tenerte en mis brazos,
que el día
que este hombre en pena lo consiga,
será su
último día de vida.
Aun quedan
en mi pecho
aquellos
destellos de amor,
que me
supieron transformar
en el
hombre más afortunado del mundo.
¿No sé si
es suficiente con esta canción de amor?
Pero te
extraño amor mío.
Tu eres la
sustancia esencial de mi vida,
la
abstinencia de ti,
me está
matando.
Miles de
palomas mensajeras te predicaran mi amor,
millones de
pintores expresaran vuestro amor;
pero la
mejor manera de transmitir vuestra pasión,
es con mis
manos acariciando tu cuerpo,
tus dedos
acariciando mi pecho.
¡Quiero
volver a sentir tu néctar divino en toda mi humanidad!
Mi espera
desespera,
pero al saber
de ti,
comenzó a
llover en mi ojos.
Viéndote
del otro lado del monte de Cantamampa;
te sigo
buscando,
meditando
en ti,
envuelto en
un silencio ensordecedor
cierro los
ojos y me entrego al sueño
que jamás
se hará realidad.