Me
hicieron una oferta que no pude resistir,
dejé la
oficina y me fui a comprar.
Cansado
de mis ojeras
y de
perder la vista cada día,
me fui
en busca de esa gran oferta.
Para
llegar tuve que surfear grandes olas;
en el
medio hubo olores que deje de sentir,
y pronto
tuve que olvidar.
La Unión
ya no viajara por la 9 rumbo al norte.
Para
hacer la oferta realidad,
mis
dientes se tuvieron que apretar un poco mas.
Para
hacer la oferta realidad,
mi
espalda tuve que gastar.
Mis ojos
vieron como esa oferta se hacía realidad,
mientras
mis sentidos dejaron tus ovarios atrás.
Tratando
de ordenar mi vida
vi esta
oferta, que implicaba perder mi mejor hallazgo.
Para
hacer la oferta realidad
mis
orejas soportaron muchas cosas.
Para
hacer la oferta realidad
tenía
que tocar un órgano.
El oro
estaba al alcance de mis manos,
pero
cuanto mas me acercaba